¿Existen desigualdades de género en el ámbito laboral de las Administraciones Públicas?

La Administración es, sin duda, un espacio feminizado en tanto que entorno laboral, lo que se relaciona con la entrada masiva de mujeres en el empleo en las últimas 4 décadas y con unos mecanismos de acceso y selección que, al basarse en los principios de igualdad, mérito y capacidad, se concretan en pruebas de acceso objetivas que facilitan el acceso de las mujeres, al neutralizar mecanismos de exclusión que operan en otros ámbitos.
Las propias mujeres, además, eligen el sector público como aquel cuyas condiciones laborales facilitan la conciliación de la vida personal, familiar y laboral, cuestión que continúa afectando desproporcionadamente a las mujeres, quienes siguen asumiendo el trabajo doméstico y de cuidados prácticamente en exclusiva.
No obstante, la presencia de las mujeres en el espacio público y, concretamente, el ámbito del empleo no implica que su acceso y permanencia en el mismo se produzca en condiciones de igualdad. La influencia del rol y los estereotipos de género, la sobrecarga global de trabajo de las mujeres, que implica una menor disponibilidad de tiempo para el empleo, y las políticas públicas sin perspectiva de género contribuyen a la perpetuación de desigualdades estructurales que se manifiestan en fenómenos como la persistente segregación vertical y, sobre todo, horizontal, y la brecha salarial.

¿Qué papel tienen que jugar las Administraciones Públicas en este tema?

Las administraciones públicas deben liderar la transformación del ámbito laboral en un espacio igualitario que garantice la autonomía de las mujeres. Para ello, es necesario que adopten una postura proactiva, desarrollando medidas intencionales para reducir las brechas de género y promover la igualdad de trato y de oportunidades entre las mujeres y los hombres que trabajan en ellas.

No se puede tratar igual a quienes parten de situaciones desiguales

Ahora bien; actuar para erradicar las desigualdades requiere identificar de qué desigualdades se trata y cuál es su magnitud, para, tras analizar sus causas, desarrollar las medidas más adecuadas y eficaces, así como una planificación eficiente. Es para ello que se realizan los procesos de diagnóstico de la situación de las mujeres y los hombres en el entorno laboral.

¿Qué hacemos en LIKaDI en este tema?

En LIKaDI huimos de procedimientos excesivamente estandarizados, y buscamos aplicar metodologías a medida, que realmente fomenten la transformación de la cultura de las organizaciones.
A través de una combinación de técnicas cualitativas y cuantitativas analizamos no solo datos, sino procesos, procedimientos y percepciones existentes. Implicamos a todo el personal, a través de distintas herramientas y dinámicas, para completar un diagnóstico de la situación y posición de las mujeres y los hombres en la Administración, que nos permita conocer el grado de integración del principio de igualdad en la gestión de los recursos humanos e identificar los ámbitos prioritarios de actuación. En base a estos resultados, definimos las posibles líneas de actuación que constituirán las bases que permitirán elaborar el Plan de Igualdad correspondiente, fomentando así la implicación e identificación del conjunto de la organización.

Los diagnósticos de situación de las mujeres y hombres en las Administraciones Públicas son la herramienta fundamental para poner en marcha medidas que busquen proactivamente la erradicación de las desigualdades.